La presión fiscal andorrana se sitúa en el 25,2% en la estimación semi-definitiva del PIB del 2016, después de haberse incrementado en 1,8 puntos respecto al año 2015.
Si nos fijamos en la tendencia impositiva de los últimos siete años (2010-2016), se observa un incremento constante y substantivo de la recaudación directa, a medida que se han ido desplegando todas las nuevas figuras impositivas y se ha consolidado el IRPF, con una presión fiscal total que ha pasado del 19,6% al 25,2%. En Estados Unidos la presión fiscal es del 26%.
La presión fiscal en Estados Unidos es del 26%, un punto por encima de Andorra.